martes, 30 de octubre de 2012

Capitulo 26

Marcos
Cuelgo con un suspiro. Supongo que todo lo que está pasando es en cierto modo algo bueno, es decir, he pasado de no poder abrir una carta por miedo a lo que había dentro a estar decidido a buscar a mi padre y hablar con él , y si todo sale bien Ramón me ayudará a conseguir la información necesaria para encontrarlo...pero aún así...

Supongo que no me puedo presentar en la puerta de mi padre y esperar que se lo tome bien. Supongo que ahora tendrá una familia e hijos y habrá dejado a mi madre y a mí en el pasado, pero de todas formas voy a hablar con él. No hace falta que me reconozca como su hijo, ni que nos veamos a menudo, ni siquiera hace falta que nos veamos otra vez después de esta... lo único que no quiero es que me pase como con mi madre y antes de que sepa lo que está pasando se me pase la oportunidad de conocerlo.

Me tumbo en la cama y cierro los ojos, no puedo dormir, pienso en Teresa me dijo que mañana viernes tenía un cumpleaños así que supongo que me pasaré todo el viernes por la tarde investigando sobre mi padre, tal vez incluso le pida ayuda a Gemma , a fin de cuentas esto también le afecta a ella y supongo que a ella le gustará saber que confío en ella hasta ese punto.. suspiro... tengo unas ganas de que esto se acabe... Poco a poco me voy quedando dormido y lo último que recuerdo es el sonido de mi teléfono advirtiéndome de que me acaba de llegar un sms.

Me despierto a las siete en punto justo antes de que la alarma del móvil suene y pulso el botón de cancelar en el momento que va a sonar, sino probablemente tenga la canción dándome vueltas por la cabeza el resto del día.Me visto y justo cuando voy a bajar las escaleras me acuerdo de que ayer justo antes de quedarme dormido me mandaron un mensaje. Cojo el teléfono y compruebo que no me lo imaginé. Sí, tengo un mensaje, y es de Ramón.

Teresa
Llego a mi casa corriendo, y miro la hora, llego tarde. Con la cosa de encontrar las botas para el regalo se nos ha hecho tarde... Bufff mañana cuando vea  a Nuria se va a  enterar...
Cuando entro al salón mis padres están viendo la tele y me dicen que la cena está en el microondas, cuando llego encuentro tortilla de patatas y suspiro.. no me gusta mucho... pero mejor comérmela a morir de hambre. Mientras me como la tortilla  pienso en Marcos y sonrío, tengo el presentimiento de que todo saldrá bien con su padre, conociéndolo seguro que se espera lo peor...Este pensamiento me sorprende ya que no hace mucho que lo conozco, no sé sus apellidos , ni su número de teléfono de memoria, y no tengo ni la menor idea de cual será su color favorito... es como si nos hubiéramos saltado los primeros pasos de la amistad y hubiéramos ido directamente a la parte donde confiamos el uno en el otro y nos lo contamos todo, yo estoy bien con eso, pienso mientras desmenuzo los últimos trozos de tortilla con la esperanza de que parezca que me lo he comido todo.

Luego dejo el plato en el fregadero y tras lavarme los dientes subo a mi habitación. Me tumbo en la cama  y cierro los ojos, al poco tiempo estoy dormida.

domingo, 21 de octubre de 2012

Capítulo 25

Marcos
Termino la cena un poco más rápido de lo normal para así poder subir a mi habitación y poder hablar con Teresa y contarle todo.
-Marcos, vaya prisas.
Mi madre me mira moviendo la cabeza mientras que yo simplemente le respondo encogiendo los hombros.
He llegado a casa con la hora un poco ajustada , ni me di cuenta ya que mi madre no me lo reprochó. Eso de estar hablando tanto tiempo con Ramón distrae bastante.
Ya estoy en mi habitación y lo primero que hago es encender el ordenador. Si no está conectada la llamaré. Mientras el ordenador se enciende ordeno un poco todo, pero la mochila la dejo para la mañana siguiente, no tengo ganas de liarme aún más.
El messenger tarda más de lo normal , esto impacienta.
- Marcos, ¿puedo hablar contigo?
- Claro, pasa.
Se sienta en la cama con la mirada un poco perdida mientras yo la observo. Algo la impacienta , se le nota.
- Cariño , ¿has pensado hacer algo con respecto a tu familia?
- Mamá, mi familia sois vosotros, si te refieres a mi madre biológica, si.
Veo como sus ojos se llenan de lágrimas que intenta contener.
- He hablado con Ramón, su padre es policía, ¿recuerdas?
Asiente mirándome expectante mientras respira profundo.
- Pues bien, Ramón se lo va a preguntar a su padre y según su respuesta ya veré lo que hago.
- ¿Su padre puede buscar en esos documentos?
- No lo sé, por eso queremos saber antes de nada si su padre puede hacer algo .
- Está bien, si sabes algo , avísame, ¿vale?
Asiento con una sonrisa intentando transmitir confianza.
La habitación está un poco oscura. Mientras que cambio la luz del flexo por la luz del techo busco en mi agenda de contactos a Teresa.
Marcó su teléfono, está disponible.
Teresa
-¿Teresa? - Escucho a Marcos a través de la línea.
- Sí, dime
- He hablado con Ramón y esta noche iba a hablar con su padre -
- Ah qué bien - Digo con entusiasmo.
-¿ Te pillo ocupada?
- No, estoy volviendo a mi casa, mañana hablamos.
- Si, más tranquilamente.
- Hasta mañana.
- Adiós.
Me he quedado con un poco de intriga pero supongo que será mañana cuando hable con su amigo y le diga la respuesta al completo.
Hoy he cenado con María en el centro comercial ya que se nos ha hecho un poco tarde buscando los zapatos.
- ¿ Qué se supone que tenemos que hacer ahora?
- Ah ¿y me lo dices a mí? Yo la conozco igual que tú guapa.
María me mira fijamente con expresión de superioridad.
- Eso habrá que verlo.
- Anda , vamos a buscar los zapatos que a este paso no volvemos a casa ni la semana que viene.
- Vamos a pensar , ¿qué ropa tiene ella como para ponerse esos zapatos?
- Supongo que los querrá para algo arreglado ¿no?
- Eso no tiene nada que ver, quizás los quiere para diario.
Me quedo pensativa mientras observo todos los zapatos.
- Mira yo voy a preguntarle a la dependienta a ver si le ha dicho algo a ella y tú mientras mira a ver si hay algo.
Conociendo a Nuria esto se lo tomará a juego y alguna pista tendrá que haber dejado , y si no lo ha hecho se queda sin zapatos.
Nada, ningunos en especial. María vuelve sonriente.
- La dependienta dice que una chica habló con ella y le dijo que quería unos zapatos, se los enseñó, y le pidió permiso para marcarlos con un tipo de pista. Le aseguró que iban a venir dos chicas, supongo que nosotras, a por ellos y que no tardaríamos. Dice la dependienta que le costó creerla pero al final cedió.
- Si hombre, que ha dejado unos zapatos marcados con una pista como si fueran suyos y tenemos que encontrarlos nosotras como sí ... bueno venga, vamos.
María se ríe de mí , sabe que este tipo de juegos me ponen nerviosa.
Al fondo de la tienda, en el último estante, vemos unas botas con una pegatina amarilla con la letra N.
Nos quedamos mirando como si hubiésemos visto nuestro futuro , siendo exagerada.
- Creo que los hemos encontrado ¿no?
- Son negras, con una pegatina amarilla , por si no la veíamos supongo y encima con la N.
- ¿Pero cuándo ha puesto eso ahí?
- Eso digo yo, si estaba con nosotras.
- Chica, muy espabiladas no estaremos hoy.
- Ya,ya... - Digo mientras voy a por ellas.